sábado, noviembre 20, 2010

1977-Anita Tijoux: Una mc hace terapia y logra un discazo


Recomendada por el mismo Tom Yorke, 1977 es un disco que impacta como un golpe certero. Una retrospectiva en la vida de una las Mc más grande de la música Chilena.


Anita Tijoux fue el exponente mayor del Hip Hop femenino, allá por sus comienzos como Mc, junto a Makiza, donde logró un reconocimiento a nivel popular, con temas como La rosa de los Vientos, una canción que compartiría el mismo el mismo destino que El juego verdadero de Tiro de Gracia, representando la explosión del Hip Hop Chileno. En 1977, Anita, decide contar la historia de su vida sin ningún tipo de censura, de una manera épica y descarnada. Una autobiografía que arranca desde su concepción, en un hospital, hasta su adolescencia, donde junto con sus compañeros repartía sus grabaciones en casettes, de manera independiente. Luego de su paso por Makiza, su carrera solista fue un vaivén en donde decidió acercarse cada vez más al pop, como en Kaos, disco que parecía marcar el nuevo camino de la cantante chilena. Pero en 1977, Anita Tijoux decide alejarse del corporativismo, al que machaca a través de sus rimas; “Nuestro artículo primero es inamovible/no queremos migajas queremos sentirnos libres, canta en Sube y agrega” nuestro canto apuesta a todos sus objetivos /ustedes corporativos, nosotros caja de ritmo”. La rima de Anita Tijoux es como puntada fría en el pecho, como ella misma dice “agresiva y relajada”, como quien posee una seguridad absoluta de sus actos, pero necesita la rabia del cambio, la rebeldía. Como propone en Obstáculo “Somos los mismos / los del rebaño / nada ha cambiado ni nada es en vano, Anita Tijoux quiere seguir mostrando que aún es una Mc con este disco que contiene líricas de un nivel superlativo. Pero darle todo el crédito seria mentiroso, Bubaseta aporta lo suyo en mi Pie Izquierdo, junto a Stailok, lo propio hace Hordato, ya colaborador incondicional que había grabado uno de los temas más rescatables de Kaos, A veces. Y para homenajear a su país natal, Francia, lugar donde sus padres se exiliaron de la dictadura de Pinochet, entona junto a Solo Di Medina Oulala, un smoot jazz que confirma el nuevo sonido de la cantante chilena, que lejos de haberse conformado con vender discos, pretende entrar en el mundo grande de la música. Aunque como ella misma afirma en obstáculo, “la verdad yo no se si hago arte”, al menos lo intenta.

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